viernes, 30 de marzo de 2012

Zamudio rima con Repudio (y viceversa...)


    Ayer, si uno escribía el hashtag #29M en google, o twitter, inmediatamente las respectivas páginas direccionaban a la Huelga General que ocurrió ayer aquí, en España. Más allá del descontento por las razones fundamentadas y fundamentales que arguyen los «indignados», fuimos testigos de algo que se va acrecentando en la escala social; la violencia. Yo, que seguí minuto a minuto dicha jornada por twitter y elpais.es -no pude asistir a las manifestaciones por un ataque alérgico (que también considero violento)-, fui testigo de las portentosas y espeluznantes imágenes que el diario El País ofrecía. Naturalmente, después de andar un trecho visual por dichas imágenes, comencé a cuestionarme sobre la violencia; basureros incendiados, bolsas incendiadas, Starbuck incendiado, ¿autos incendiados?, no lo sé, pero se colige de mis ejemplos una llamarada fulgurante y pantagruélica que si no le llegó a Dios, por lo menos debió llegarle al Sr. Presidente (se me olvidaba que Dios es inalámbrico, como dice un amigo mío, pero Rajoy, no).

El centro de Barcelona se convirtió en un caos en pocas horas, y tanto los Mossos d'Escuadra como la Policía, repartían palos por doquier a los bándalos que, roca en mano, las arrojaban con furia titánica hacia las vitrinas de Paseig de Gracia y Balmes carrer. Si no me cree, pregúntele a los dueños de la oficina del Deutsche Bank en la intersección de Paseig de Gracia con Diagonal (seguro que Merkel captó el mensaje en texto petrificado).

Sabemos que la violencia es inherente al ser un humano tanto como la bondad. Fuimos hechos de disímiles materiales camaléonicos y no los podemos ocultar, más bien los podemos turnar. La pregunta que siempre surge en estos casos es si la violencia está fundamentada. En el caso de los «indignados» catalanes, al parecer, hay consenso social; no, no se justifica. En el caso del vilipendiado Daniel Zamudio, al parecer, SÍ, sí se justifica ¿cómo es esto posible? 

Una de las primeras reacciones del hombre primitivo hacia lo desconocido fue el desentendimiento, como lo expone el gran Emilio Duró (si un hombre tenía cara de mala leche y pasaba por tu lado, no le ibas a saludar y ponerte a conversar con él, había que DISCRIMINAR de una forma ágil para no perder la vida). Luego del desentendimiento pasamos al aislamiento (era común abandonar a los viejos a su suerte, pues no se sabía qué era la vejez.... o sí, pero era fea) hasta llegar, si se nos hinchaba mucho las pelotas con alguna CONDUCTA IMPROPIA, a dar cuanto combo, palo, lapidación y hoguera fuera posible. Con el pasar del tiempo (siempre quise decir esta oración :D) el asunto se fue trastocando en algo muy elegantemente disfrazado; la inutilidad humana. Si eras inepto, deficiente mental, «raro», vago, sodomita o... judío (o todas en una, que eran los casos extremos), esto significaba que no aportabas a la sociedad en ningún sentido y por lo tanto debías ser eliminado. ¿Quiénes tomaban estas decisiones? Los que eran lo opuesto; sabios, intelectuales, normales, activos, heterosexuales o... ¿cristianos? (¡o todas en una, que ya era la perfección máxima!. «Autodesignados», creo que les dicen). Todo esto ocurrió por lo que he dicho anteriormente; el miedo a lo desconocido. Fue así como llegamos al exterminio judío y al Imperio Nazi. Los primeros sobrevivieron... los segundos, al parecer, también.

La ideología Nazi, a pesar de todos los inep... adeptos que tuvo, aún hoy existe, pero yo no la entiendo. Entiendo que correspondió a un momento histé... histórico en que se sustentaba por sus propios fundadores, basados en los principios de la raza aria, el súper hombre que a su vez se sustentaban en la mitología germánica, pero hoy... ¿hoy? Hoy es inviable.

Por eso, cuando uno se entera que una pandilla, o grupo (no quisiera ofender) neo-nazi acribilla a un muchaho de 24 años, de rostro afable, mirada alegre y homosexual feliz-(mente borracho, hay que decirlo), no logro entenderlos a ellos y no logro entender la violencia. ¿Lo machacaron por borracho? ¿Lo hicieron puré por «maricón»? ¿Ambas dos anteriores alternativas? ¿Son estos los que nos dicen que su opción es válida pero la de otro no? ¿Saben que la homosexualidad es una CONDICIÓN y no una opción (al parecer nadie ha ido a clases con Pilar Sordo)? ¿Se sustenta el nazismo hoy en día? ¿Que diría Hitler si viera la procedencia «aria» de sus neo-seguidores?

En la primera reunión de padres que tuvimos en el colegio, cuando la Tía ofreció la palabra, yo levanté la mano dos veces (una tercera habría sido lapidaria a juzgar por las miradas de las mamitas). La segunda vez fue para pronunciarme respecto a un incidente de burla hacia un niño (nada menos que el hijo del alcalde de mi pueblo, como me enteré después), el cual se orinó en el recreo. Todos se burlaron de él, excepto mi hijo y otra compañerita que lo defendieron recordándoles que ellos también se hacían pipí cuando pequeños (y no son tan grandes todavía). Luego de esto dirigí la mirada a las mamitas y les pedí que controlaran este tipo de comportamientos en sus peques, pues estas nimias acciones crecen exponencialmente y se convierten con el tiempo en matonaje, perscusión, hoguera... (bueno, creo que en Chile aún no queman a nadie en un colegio), aunque hoy por hoy se prefiere la palabra bullying (no sé por qué). Todas guardaron silencio, pero la Tía siguió mi hilo y les explicó que la no-discriminación estaba en el reglamento del colegio y la sustentaba el Ministerio de Educación. La pregunta ahora es, entonces, ¿cómo es que «simples» burlas se conviertan en asesinatos? A esa edad, los padres siempre arguyen que solamente se tratan de juegos y que eso no repercutirá en el comportamiento adulto del niño. Es más, si el niño es «rarito», afeminado o diferente, «eso se quita con el tiempo» como le decían a mi mamá (¡no se quita ni con sapolio, creánme! :P). Creo, muy a mi pesar, que todo este tipo de comportamientos nacen de la ignorancia, y como no me canso de decirlo, «la ignorancia es mala compañera». Resulta irónico que yendo a un establecimiento educacional, los niños no dejen de ser ignorantes ¿Por qué no se aprende el respeto en el colegio? ¿Es un valor no cotizado por los pares? Sí. Es un valor no cotizado en la familia. Le delegamos muchas tareas a los profesores, pero «árbol que nace doblao, jamás su tronco endereza» (dice la canción, curiosamente titulada «El Gran Barón», de Wily Colón). Creo que no soy el primero en decir que la educación parte en casa. Es cómodo esperar que los demás eduquen a mis hijos, a si me evitan pensar en algo más, «pues estoy tan ocupado con otras cosas...» ¿Qué cosas? ¿Y cuándo nos ocupamos de las personas? Ciertamente no podemos reclamarle esto a los padres de Daniel Zamudio ¿Y a los padres de los otros, los de los neo-nazis?

Recientemente dicté un curso de cine para los alumnos del Liceo de mi pueblo. La mayoría de los asistentes eran féminas (¿sería mi sex-appeal?). Cuando vimos la película La Soga, de Hitchcock, se aburrieron (y eso que era en color y hablada). El tema era justamente la discriminación; tipos que deben morir porque estorban, y tipos que deben subsistir porque sirven. Cuando les pregunté qué les parecía eso, todas me dijeron que era malo matar, que nadie podía decidir quién merecía vivir y quien no, a pesar de que hasta hace un tiempo en Chile existía la Pena de Muerte (exterminio de insuficientes amparados por la Ley). Supongo que ellas ni siquiera habían nacido cuando existía esta Ley. Lo que sí me resultó curioso es que ninguna notara la CERCANA relación de la masculina pareja protagonista, y solo cuando dije que Hitchcock había introducido la relación homosexual de ambos como tema en la película, una, la que no dejaba tranquilo al celular, dijo «wákala» (sin dejar de mirar facebook). Las otras callaron. Mientras, Daniel Zamudio agonizaba en el hospital. Aún hoy me resulta curioso esta falta de percepción en los adolescentes, pero más aún en la sociedad en general. ¡¡Los homosexuales hemos estado entre ustedes desde el inicio de los tiempos!!, con lo cual, re-formulo la pregunta ¿realmente tememos a lo que desconocemos? ¿somos unos desconocidos todavía hoy? ¿o hemos caído en una suerte de comodidad delegada en que lo que dice o hace el otro está bien para mí pues me evita decidir?

Finalmente, después de esta repudiable muerte a un joven estudiante que se emborrachó en el lugar y la hora inadecuada, se está poniendo urgencia a la Ley Anti-discriminación en el parlamento chileno ¿Ley anti-discriminación? ¿¡Hay que hacer una Ley para no discriminar!? Mamita, papito ¿no hicieron la tarea que decía «recorte y pegue en el espacio en blanco que es su hijo, la palabra EDUACIÓN (debe llevarla todos los día de su vida)»? Pero bueno, en España dicen que son el país de la pandereta, en Chile... no decimos nada, y solo para expiar las culpas nominamos a esta Ley como Ley Zamudio (no señor parlamentario, nadie quiere colgarse de una muerte para que los gays puedan casarse). 

Tarde, muy tarde este acto de convicción democrática. No se olviden, señores paralamentarios, que Daniel ya murió, y él no quería ser mártir. Sus papás tampoco.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Hay veces que no sabes cómo la cosas llegan a ti, y como no las esperabas, te sorprenden. He aquí un manuscrito que quiero compartir, que quien me lo diome dijo "Te hemos traído un serie de chistes". No creo que este sea un chiste...

LA PRUBEA DE LA BARRA DE HIELO


Un monarca, preocupado por la continua merma en la recaudación de impuestos, interroga, delante de toda la corte y bajo pena de muerte, a su tesorero.
- O me das una explicación clara, señalámdome al culpable de robar mis arcas, te hago degollar delante de toda la corte.
- Si me hacéis traer un bloque de hielo, majestad, os lo explicaré con toda claridad.
El bloque fue traído y el tesorero pidió que se pesara. Acto seguido, pidió que fuera pasando de mano en mano entre todos los cortesanos, incluyendo también al monarca. Al final lo volvió a pesar otra vez y dijo:
-¿Lo véis majestad? El hielo ha disminuido considerablemente de peso. Nadie ha robado nada, pero incluído vos, todos se han mojado las manos.

martes, 23 de noviembre de 2010

PERSONAS QUE HABLAN... Y NO VERBORREAN

Cada tanto uno se encuentra con gente que, sin ir más allá, cuenta como ve el mundo en un blog. Muchos de los que lo hacemos nos jactamos de hacerlo sin vanagloriarnos (lo cual no es cierto, porque siempre intentamos sobresalir) pero hay los menos que, muy de vez en cuando, expresan su opinión y... tienen razón, para qué vamos a negarlo.

Les dejo aquí un escrito del Economista Catalán (un clásico), titulado


Si me pidieran la causa de que los españoles tengan que pagar ahora a sus acreedores bastante más que otros deudores europeos, como los alemanes o los franceses; si me requirieran ahora para que explicara los malos resultados escolares de los españoles, comparados con los del resto de Europa; si tuviera que detallar las razones históricas de que hayamos tratado al resto de los animales tan mal o peor que a las personas y, en todo caso, peor que en los demás países de Europa, aduciría, por supuesto, el aislamiento histórico del que fuimos protagonistas durante gran parte de nuestra historia moderna pero también y sobre todo nuestra costumbre inveterada de hablar más de lo que escuchamos.

Aquí, casi todo el mundo tiende a explicar las razones por las que merecería estar en los altares; los argumentos esgrimidos frente a los que no quieren escuchar nuestro discurso; los detalles de comportamientos supuestamente desinteresados o de amor al prójimo; en definitiva, los pormenores que explican el que las cosas no sean como parecen y nuestras conductas, un dechado de virtud. Muy pocos quieren, por el contrario, escuchar a los demás. Éste es un país en donde no interesa lo que piensan los otros porque lo único que cuenta es aquello de lo que uno está convencido. “Y ahora me vas a oír –dicen–, por si no te has enterado.” ¡Tantos oídos pegados al móvil en la calle!

Ocurre en la vida de la pareja, en el sistema educativo y en el corporativo. En la construcción del nido que soporte la convivencia de mujer y hombre se pasa casi todo el tiempo intentando convencer al otro de algo. Él suele llegar enfurruñado y plagado de resquemores. Ella, sencillamente, no da abasto, puesto que ni los maridos, ni la sociedad ni el Estado se han enterado todavía de lo que supone hacer frente, a la vez y sin ayuda de nadie, al cuidado de los hijos, al trabajo, de fuera y de la casa; con el añadido, en un número creciente, de responsabilidades políticas hasta hace poco reservadas a los varones. No queda tiempo para escucharse uno al otro.


¿Cuántas veces, al cerrar la puerta de mis clases de economía, tecnología o gestión emocional, no he constatado que había soltado mi rollo, en lugar de estar atento a lo que podía interesar a mis alumnos para ayudarlos a construir su futuro individual? Ya sé que esto no es fácil, porque no lo es conciliar la imparable personalización de la educación con la gestión colectiva normalizada en función de patrones heredados.

A nivel empresarial ocurre tres cuartos de lo mismo. ¿Alguien escucha atentamente al otro para descubrir fórmulas de trabajo más cooperativo? ¿Métodos o estilos más innovadores para solventar problemas? Además de analizar los procesos productivos, ¿hay algún jefe de departamento interesado en descubrir si sus empleados tienen la sensación de que son dueños de su trabajo, de que algo controlan de la empresa, o de su vida?

Recurro a una dentista para el cuidado de mi boca que es la mejor profesional que he conocido. Yo sé bien que con la boca llena de aparatos lo último que uno puede hacer es hablar; pero esto no es excusa para que ella no pare de explicar cómo se comporta el resto del mundo. Seguramente, hablamos en exceso y no escuchamos suficientemente a los demás, cuando por su experiencia o sentimientos experimentados nos podría interesar.

Casualmente, los neurólogos están constatando algo que sospechábamos: el cerebro gasta menos energía en observar el mundo exterior –las dimensiones y señales codificadas que le revelan lo que ocurre fuera son pocas y malas– que en elucubrar, experimentar e imaginar; si hablamos todo el rato, no puede hacerlo.


http://www.eduardpunset.es/8570/general/hablamos-en-exceso-y-no-escuchamos-lo-suficiente

sábado, 20 de noviembre de 2010

A ver, cómo se lo digo

No me llame para cambiarme a Vomitar (Movistar, le dicen)
No me pida limosnas
No me llame para cambiar mi compañía de internet
No me diga que habrá sol si no calienta en invierno
No me diga "te lo dije"
En suma, no me wevee #eso

sábado, 3 de abril de 2010

DESPUÉS DE...
Después de volver a Chile de vacaciones, después de pelear infinitamente con las instituciones de mi país que nunca serán competentes hasta que yo se Presidente, después de pasar el 8.8 en un sexto piso, después de ver la desolación de mi pueblo, después de ver mi pieza caer y a mi madre durmiendo en carpa, después de conseguir la Beca, después de cruzar el charco Atlántico en un viaje de mierda, estoy de vuelta ¿para qué? Para hacer mi vida supongo.

Acabo de ver una serie en que la protagonista tiene un blog, pero no se dedica a él (y de paso a su vida) por trabajar, y me dije ¿qué tal si lo vuelves a intentar otra vez?, a empezar con mi vida nuevamente, a reencontrarme con las pasiones de antaño, los amigos de esa vez, las risas de otrora y aquí estoy, volviendo a escribir en este papel virtual.

Una vez tenía un cuaderno de sueños, donde anotaba cada sueño que tenía para después interpretarlo. Me aburrí de soñar y dejé de interpretar. Cierto día lo vi y escribí en una hoja algo así como "espero que esta vez no lo deje", y volví a soñar y a interpretar... No me alcanzó la batería, renuncié, y anoche volví a soñar. La pregunta es, con este ánimo que tengo de hacer cosas y reecontrarme con lo que era ¿cuándo se sabe que uno ya no debe buscar más porque se encontró con el que será? Es decir, ¿cuándo uno realmente llega a ser persona ad eternum?
Imagino que en esta larga vía debe haber un momento en que el tren se detiene y uno dice "listo, he conseguido lo que quería y desde aquí en adelante todo será llano, pleno".

Por mientras llego a este punto, vuelvo a escribir en mi blog, confiando en que no me pase lo mismo que con los sueños.

Epeflom

viernes, 1 de enero de 2010

UN CAMINATA POR PASEIG (DES)GRÀCIA.

Paseo de Gracia es una calle clásica de Barcelona que comienza en la Plaza Cataluña y termina en la Diagonal. Existen en este lugar tiendas de marcas internacionales y edificios con historia. A continuación, alguna muestra de la arquitectura.
(Yo lo nombro des-gracia por que la micro que me lleva a la UB se va por ahí y siempre hay taco)

Todas las calles tienen el nombre en una placa adosada al edificio de la esquina correspondiente. Con lo que no se ven a simple vista y muchas veces el nombre de la calle no está.

La Bolasa de Comercio en un edificio emblemático en todos los países. Nuestras economías viven ahí.

Carmenita posa frente a un edificio lindo.


El edifcio lindo sin Carmenita.


Edificio de la Equitativa, compañía de seguros


Casa Batlló, diseñada por Antoní Gaudí a pedido del señor José Batlló Casanovas, a partir de un edificio de 1875. Estilo modernista. Ya pueden ver lo grandioso que era el arquitecto catalán.


Casa Amatller, diseñada por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch por encargo del chocolatero Antoni Amatller. Estilo modernista.

Puerta dentro de la casa Amatller.

Lámpara dragón dentro de la casa Amatller (me recuerda al dragón de Mulán y de Anastasia)

Hotel Majestic. Famoso Hotel que ahora es 5 estrellas. Carmenita me dijo que ella alojó ahí cuando aún no tenía la quinta estrella y que por eso debía ponerlo.


Edificio de Seguros de vida España S. A.

Edificio de la marca Boss, diseñado por el arquitecto japonés Toyo Ito

Edificio que no recuerdo...

La famosa Pedrera, también obra de Gaudí.

Famosa tienda de cosas para niños, Imaginarium. Dos... niñas en su entrada.

Fin de Paseo de Gracia.

sábado, 19 de diciembre de 2009

SE APAGÓ UNA LUZ... PERO NO UNA VIDA

Mis sinceros respetos a una mujer de temple, inteligente, culta y elegante.
Gladys Pinto fue mi Maestra, lo digo con orgullo, y a ella le debo todo lo que sé de cine.
En este momento que su luz se ha apagado, quiero dejar constancia del amor que siempre le profesé, y que nunca morirá, porque son personas que en está vida están por algo, para que tu las encuentres o para que ellas te encuentren a ti. Un saludo a su marido y a su familia, mis condolencias y mis cariños.